Cooper visita la granja del «perro muerto», una casa donde tiene previsto instalarse, donde encuentra restos de cocaína iguales a los de su coche; Gracias a Audrey, averigua que todo es un complot manejado por Jean Renault; Ben Horne comienza a perder poco a poco la cabeza, empezando a revivir «La Guerra de Secesión». Contrata a Bobby como su empleado.