Los Recio estrenan pescadería y van lanzados a recuperar su imperio, pero la marquesa pondrá todo su empeño en desahuciarle del local de su hermana y colocarle donde se merece. Amador descubre algo inaudito sobre su salud que explica su pasado y que cambiará su vida y Fermín sigue intentando echarle morro y vivir según su código de pícaro de playa, pero ni Bruno ni el Universo se lo pondrán fácil. Yoli encuentra por fin el amor con una relación tormentosa y estresante, como a ella le gustan, mientras Menchu sigue intentando meterse en su vida. Maite descubre la importancia de la amistad, aunque sea forzada, y Greta intenta compaginar la presidencia del edificio con su papel de casera, su anodino matrimonio y sobre todo, con los crecientes problemas que le crea su hija adolescente. Cristina y Martín, los nuevos vecinos, se instalan en el edificio recién llegados de su retiro soriano, para descubrir que quizá en el pueblo no se vivía tan mal.