Leandro, un albañil en paro, y Tocho, un chaval amigo suyo, intentan atracar un estanco del madrileño barrio de Vallecas, pero la señora Justa, la estanquera, se lo impide alertando a los vecinos. Ante los gritos y amenazas de éstos, no tienen más remedio que atrancar la puerta del local. Avisada por los vecinos, llega la policía que, tras desalojar la plaza, toma posiciones a la espera de los acontecimientos. En el interior del estanco, el enfrentamiento entre los dos amigos y sus «rehenes», la estanquera y su sobrina Ángeles, va relajándose, y una incipiente simpatía surge entre ellos.