Don Pascual, el cura vasco, se presenta por sorpresa en Sevilla con la intención de constatar que Carmen e Iñaki son una pareja católica como Dios manda y viven separados. En el hospital, los trabajadores siguen bajo presión con el sistema de fichar, especialmente para Dolores, que le ha prometido a Carmen ir a buscarle su traje de novia. Por su parte, Don Benjumea quiere competir con la musculatura de los invitados del norte que acudirán a la boda. José se convierte en su entrenador personal para mejorar su condición física y hacerles competencia.