Tras el atentado con bomba que estuvo a punto de sufrir Paco, Don Lorenzo intenta proteger a su hija Lola y a su nieta. El comisario ordena poner en marcha un dispositivo de seguridad para tener custodiada a toda la familia. Para ello, Povedilla, Curtis y Kike tendrán que compartir el sofá-cama de la casa de los Miranda. El roce traerá consecuencias imprevisibles.