Aunque a Povedilla no le hace mucha gracia, pues el recuerdo de Bernarda está aún muy presente, el policía becario se anima a instalarse en casa de la difunta. Desde la primera noche, ruidos y extrañas voces hacen creer a Povedilla que la novia de Mariano se quiere poner en contacto con él para comunicarle que estaba embarazada cuando murió.