Un grupo de gitanos llegan al Taller de «Manolo y Compañía» y les encargan la construcción de cuatro chabolas adosadas en mitad del campo. Benito ve la oportunidad de un gran negocio inmobiliario y comienza los preparativos, pero Manolo no quiere saber nada del tema porque no confía demasiado en los clientes. Mientras tanto, Tato, el sobrino de Manolo, ha venido desde su pueblo, Cachorrilla, a Madrid para conocerle.