Sydney consigue salir de la galería y encuentra a Dixon malherido por lo que decide pedir asistencia inmediata, pero lo hace a la CIA y no al SD-6, cosa que Dixon, en su estado semiconsciente, escucha perfectamente. Para empeorar aún más las cosas Dreyer afirma ante Sloane que Sydney es el topo tras observar la perfección con la que pasó la prueba.
Sloane es reacio a creer que Sydney pero finalmente contacta con el SD-4 y ordena la ejecución de Sydney durante su próxima misión en la Toscana. Afortunadamente, la CIA intercepta la orden y Vaughn ordena formar un equipo de extracción para salvar a Sydney de la situación. Jack dedide investigar un poco más y descubre que la orden al SD-4 se realizó de una manera descuidada y que puede ser una trampa de Sloane para intentar sacar la presunta afiliación de Sydney con la CIA. Tras una agria discusión entre Vaughn y Jack, este ordena la no intervención y al no producirse el asesinato (como bien dijo Jack), Sydney sale ilesa, además de alejar toda duda sobre su lealtad.
Will descubre que el micrófono está activo y que ha estado registrando todo lo que ha dicho y ha contado durante los últimos días. Después de enseñárselo a Francie y de hacer el tonto con él, recibe una llamada que le indica que “deje de hablar del micrófono”. Unos días después, la misma misteriosa voz llama de nuevo a Will y le hace saber que si quiere, le ayudará a desenterrar la trama que está empezando a conocer.
Sydney vuelve a arriesgarse cuando en la siguiente misión abre un canal de comunicaciones adicional para hablar con la CIA y éste es detectado por Marshall, que informa a Dreyer y éste a Sloane, que ordena la detención inmediata de Sydney…